Gracias a la investigación y descubrimientos neurocientíficos, durante los últimos años ha aumentado el conocimiento del impacto del trauma en la vida de las personas. Múltiples manifestaciones, tanto físicas y somáticas, como cognitivas y emocionales condicionan nuestras vivencias cotidianas y relaciones con el mundo y con nosotros mismos tras experimentar el trauma. A su vez, este entendimiento sobre cómo nos afecta el trauma, ha traído mejores abordajes, técnicas y herramientas para ayudar a las personas a sanar.
Nuestro cuerpo sostiene y guarda de una manera somática todas las experiencias vividas. Por ello, Las personas que han experimentado trauma, a demás de las consecuencias a nivel psicológico, relacional, y funcional, a menudo sienten sensaciones corporales y motrices relacionadas con los acontecimientos vividos traumáticos, aún sin ser conscientes de esta relación entre el evento y las sensaciones en el presente. Esta experimentación corporal se da sin que puedan tener un control de su cuerpo y pueden sentirse como sensaciones de tensión, constricción, agarrotamiento, agitación, impulsos de movimiento, entumecimiento, ansiedad, reexperimentación de los sucesos, etc… . Puede ocurrir también que hayamos desarrollado cierto distanciamiento y desconexión del cuerpo sin que seamos conscientes. Y aunque en un primer momento, este distanciamiento nos ayudó ante las situaciones difíciles, a la larga, dificulta la gestión de las reacciones y a menudo nos notamos inmersos en la sensación de no tener control sobre las mismas. Así mismo, estas memorias somáticas quedan atrapadas y pueden condicionar nuestra salud física y mental.
Las consecuencias del Trauma pueden hacer que conectar con el cuerpo para suavizar la tensión y gestionar lo que nos desborda sea un auténtico reto. Y es que para muchas personas, sentir el cuerpo se convirtió en una amenaza.
El Yoga sensible al trauma es una herramienta que contribuye a adquirir sensación de control y contención para experimentar el cuerpo de una manera segura. . Así mismo nos ayuda a estar más presentes, aumentar nuestra sensación de capacidad y confianza, y mejorar la compasión hacia nosotros mismos y hacia los demás… . Hay múltiples beneficios y se convierte en una herramienta excelente para complementar la terapia psicológica.
Las sesiones de Yoga sensible al trauma ofrecen un espacio de seguridad sin jerarquías ni juicios de valor donde las personas pueden escuchar sus propias necesidades con control y dar respuesta en el momento presente a través de una guía basada en las opciones.
Es un tipo de Yoga apto para todos los cuerpos, y estados, ya que se adapta a la situación, y voluntad de cada persona desde el respeto a su ritmo, su capacidad física y psíquica.
Os dejamos este vídeo del psiquiatra Bessel Van der Kolk hablando sobre el Yoga sensible al Trauma. Él es uno de los más reconocidos expertos en trauma, pionero en la investigación en trauma y en metodologías efectivas para sanarlo. Gracias a la embergadura de su trabajo, el Yoga Sensible al Trauma ha sido conocido y reconocido a nivel mundial.
Valoraciones
No hay valoraciones aún.