Cómo Acompañar el Desarrollo Emocional de los Niños, Adolescentes y sus Familia

atención psicológica infantojuvenil y sistémica

Los niños no viven en un mundo aislado. Sus emociones, sensaciones, pensamientos y comportamientos están profundamente influenciados por su entorno, y sus personas más cercanas.

A diferencia de los adultos, los menores no pueden poner palabras y entender de manera profunda sus vivencias. Por eso, cuando un niño atraviesa dificultades emocionales, o está viviendo situaciones estresantes o traumàticas que afectan su desarrollo, es necesario realizar una intervención global, con el/la menor, con su familia, y  su contexto.

Es nuestro objetivo ayudarles a  transitar y transformar  sus vivencias  difíciles así como sentir la seguridad necesaria para desarrollarse de manera integral y sana.

 

Las vivencias de Los menores suelen pasar desapercibidas por los adultos y eso les deja solos creciendo con las consecuencias.

La neurobiología nos demuestra cómo la conexión emocional entre padres/cuidadores  e hijos influye directamente en el desarrollo cerebral.  El cerebro infantil se desarrolla en interacción con los cuidadores, y es en este proceso donde se forjan las bases de la regulación emocional y la capacidad de formar relaciones saludables en la adultez. 

Pero poder conectar con los pequeños no siempre es fácil en un mundo donde las situaciones son complejas y los adultos también tienen sus propios problemas y retos vitales. 

Por ello, cuando un niño/adolescente atraviesa o ha vivido  situaciones difíciles o de impacto ,  puede ser un reto para los progenitores, cuidadores y profesionales del entorno del menor entender qué le ocurre o incluso darse cuenta de que algo ha pasado.

En ocasiones, los niños y los adolescentes pueden expresar conductas inadecuadas o problemáticas que a menudo son malinterpretadas como oposición o «mala educación». En otras ocasiones, manifiestan malestar difuso que puede traducirse en  llanto,   irritación, miedos,  o síntomas y dolores físicos. Quizás tienen pesadillas o necesitan sentirse más apegados con los cuidadores. En otras ocasiones se muestran obedientes, correctos, e inhibidos en la exploración y la curiosidad, lo cual puede hacer que el entorno confunda estas señales con «buena educación» o «tranquilidad».

Es por estos retos, que la terapia puede ayudar al menor y a su familia a entender sus experiencias a nivel somático, emocional y cognitivo. Puede ayudar a procesar estas experiencias para que dejen de crear malestar y no condicionen al adulto que será en un futuro.

La terapia puede  ayudar a toda la familia a generar un contexto contenedor de seguridad y prevención a través de la conexión desde construir un refugio seguro y de fomento de la exploración. 

 


Los menores pueden ocultar sus sentimientos por varias razones

 

  • Por que no entienden lo que sienten.
  • Por que no pueden ponerle palabras a su experiencia.
  • Por vergüenza.
  • Por miedo a la reacción de los adultos o los iguales.
  • Por ajustarse a las expectativas del entorno. 
  • Por no querer sentirse mal.
  • Por necesitar encajar o "parecer normal"
  • Por que interiorizan mensajes de "ser fuertes"...etc. 

Conductas y síntomas que atender

  • Conductas disruptivas no atribuibles al comportamiento normal de  la edad
  • Inquietud motora no atribuibles al comportamiento normal de  la edad
  • Problemas de atención no atribuibles al comportamiento normal de  la edad
  • Excesiva quietud y calma
  • Reacciona de manera desmesuradamente negativa o con miedo ante determinadas situaciones o personas que antes no le provocaban esa reacción. 
  • Es autosuficiente y no pide ayuda a los adultos
  • Es excesivamente prudente y vigilante al entorno y comportamiento de los demás y los adultos
  • Es demasiado responsable para lo esperado a su edad.
  • Timidez y vergüenza excesiva incluso con personas del entorno habitual 
  • Le cuesta ser espontáne@, y parece meditar cualquier respuesta verbal o física
  • Problemas del sueño
  • Enuresis, encopresis (no control de los esfínteres)
  • En casa o el colegio suele aislarse o esconderse
  • Demasiado confiado con personas extrañas o de poca confianza
  • Intereses poco apropiados para su edad, como estar  pendiente de noticias negativas con frecuencia, conductas sexualizadas, o cualquier otro aspecto extraño para su etapa evolutiva     
  • No intereses diversos o no propios de su edad
  • Nunca se queja ni protesta ante las peticiones de los adultos y/o los iguales
  • Adicción a pantallas                                                                                               



Recuerda que un menor sonriente y aparentemente feliz
puede estar atravesando una situación difícil en su interior

Dedícale tiempo con interés auténtico y adaptándote a su interés y su lenguaje.
Interésate en saber cómo se siente más allá de la apariencia.